La realidad, el deseo y la autocrítica

Los medios de comunicación aragoneses han hablado de “varapalo” para referirse a la decisión de la Comisión Europea de no incluir la despoblación como criterio de asignación de Fondos de Cohesión en el próximo periodo de programación (algo que ya habíamos adelantado desde este blog hace unos días).  Junto a este término se han venido utilizando otros del mismo calibre, que concluyen en un lamento, algo así como “qué malos e insensibles son los de Bruselas, que no dan dinero a nosotros, que somos pocos y viejos…”. Nuestra tierra, sus dirigentes y la mayor parte de su población siguen, por tanto, anclados en el victimismo.

En una fecha ahora tan lejana como febrero de 2014, ya sostuve en este blog que no tenía mucho sentido promover la despoblación como criterio de asignación de fondos europeos, por la sencilla razón de que no es un problema de dimensiones europeas.  Este mismo argumento lo he repetido en numerosas ocasiones, incidiendo en que la despoblación galopante del interior español es un fenómeno muy específico de nuestro país, y que requería, ante todo, una respuesta de Estado, antes que “puentear” hacia Bruselas.  E igualmente, he sostenido que, antes de “pedir dinero”, lo que había era que tener claro el modelo de desarrollo y la estrategia para hacerlo realidad. En nada de eso hemos avanzado: cada Comunidad Autónoma se las apaña por su cuenta, seguimos dependiendo de las ayudas de la PAC, o desarrollando un sector porcino ambientalmente insostenible como única solución para la creación de puestos de trabajo en el campo, o llorando (o rabiando) porque ahora parece que se va a cerrar la Térmica de Andorra…

…estamos en lo mismo: el carbón está condenado hace años, estamos en reconversiones desde los años 90, pero seguimos pensando que se puede prolongar un poco más, y un poco más, y un poco más…siempre negando la realidad, cuando también se sabe que es imposible que Aragón cumpla ningún objetivo de emisiones de CO2 sin cerrar la térmica de Andorra.  Y la culpa la tienen unos u otros (dependiendo de quién gobierne y quién esté en la oposición), o la tiene una ministra “ecologista y anticarbón”…de nuevo el victimismo como discurso.

Porque, ¿dónde está la autocrítica…? ¿Es que los aragoneses lo hemos hecho todo bien, hemos hecho “los deberes” en todo lo que estaba en nuestra mano y no tenemos nada que reprocharnos…?  ¿Qué se ha hecho con los miles de millones -primero de pesetas, después de euros- que se han invertido en todas las cuencas mineras desde hace más de 25 años (MINER, Araval, Sodiar, Avalia…) sin que se haya conseguido la tan cacareada “transición justa” y sin que nadie haya levantado la voz o ningún responsable haya pagado un precio político?  ¿Qué se ha hecho con los millones de euros puestos para levantar y atraer empresas privadas que luego sus dueños han vendido sin compartir sus ganancias con el sector público que las hizo posible?

¿Qué se ha hecho con los 60 millones anuales del Fondo de Inversiones de Teruel (FITE) que se aprueban sin control democrático y sin criterios objetivos de asignación, sin programación plurianual, sin estrategia detrás y sin evaluación posterior, y tampoco nadie asume responsabilidades políticas, ni nadie se las pide…? ¿Qué decimos de los millones de euros de los fondos FEDER destinados para construir piscinas o polideportivos que se emplean quince días al año en pueblos sin un solo niño en invierno, mientras los ancianos tienen dificultades para vivir en sus propias casas…?

Mucho me temo que todo siga igual. Seguiremos pidiendo millones imposibles a Bruselas o a Madrid, todos ellos en forma de asfalto u hormigón.  Seguiremos pidiendo quemar carbón sin afrontar una realidad que no nos gusta, y cuando se cierre la térmica y las familias se queden sin trabajo, y se tenga que emigrar…entonces, como dice Serrat, nos despertaremos “sin saber qué pasa/chupando un palo sentados/sobre una calabaza”.

10 thoughts on “La realidad, el deseo y la autocrítica

  1. Cuánta razón, cuánto poso de experiencia y experiencias, cuánto sentimiento destila cada palabra de esta entrada. Gracias, de acuerdo, ánimo y un abrazo. Al tweeter que vas
    Jorge

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  2. Miguel Angel, sí que ha habido excepciones. Antoni Gutiérez vino a contárnoslas allá por 1996. Quizás fuese una imposición de Finlandia para incorporarse a la UE, pero en su visita a Teruel ya nos advirtió que sería el único camino para la obtención de fondos extraordinarios. Por lo demás, muy de acuerdo con la falta de autocrítica y petición de responsabilidades.

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    • Hola, Gonzalo. Gracias por seguir el blog. Recuerdo el tema de las excepciones, y de hecho yo mismo estaba en aquellas movidas y reivindicaciones. Pero ahora, más de 20 años después, ya no me vale. Creo que hay que darse cuenta que la despoblación es un problema de Estado, y no ir a llorar dinero a Bruselas como supuesta solución. Un abrazo!

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  3. Miguel Angel, las excepciones continúan y Finlandia y Suecia bien se están beneficiando de ellas. De acuerdo con que la despoblación es un problema de Estado. Hace unos meses, con la visita de M.Rajoy a Teruel, el PP se vanagloriaba de que por primera vez un partido político había puesto en la agenda política el problema de la despoblación, pero no ha hecho nada para la inclusión de esta problemática en Bruselas. Los que vivimos en Teruel tenemos el sentimiento de que hay que ir a llorar a Zaragoza, Madrid y Bruselas, porque vemos, que nuestros pueblos, antes que después se nos van al carajo. El despilfarro, unido en muchos casos a la corrupción, es alarmante en España, no solo en Teruel. Hace falta autocrítica y más mecanismos de control que en estos momentos son totalmente ineficaces. En Teruel se han gastado 3,7 millones de euros en El Parque de las Arcillas a través de un programa cofinanciado por la UE, ¿crees que se ha tratado de una inversión eficaz?

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  4. Pingback: ‘Aproximación a la Geografía del despilfarro en España: balance de las últimas dos décadas’ (2) | Mi Ciudad

  5. Hola, Gonzalo. El caso de Finlandia y Suecia fue una negociación específica para su ingreso en la UE, en 1995, y de hecho se creó la figura específica del Objetivo 6 para ello. En ese caso, además, la fortaleza de su sociedad civil y su sentido del sector público están muy por encima de nosotros, por lo cual me sirve poco como ejemplo. Efectivamente, hay un mal uso de los fondos, normalmente porque no hay un seguimiento real posterior: en el caso del proyecto de las Arcillas, lo digo por experiencia porque yo participé en el equipo redactor del proyecto, y lo que he visto (desde fuera, porque ya no participé en su ejecución) es que se han limitado a invertir en un parque, cuando no era ése el meollo ni el objetivo principal del proyecto. Por eso es tan importante el seguimiento, y la posibilidad de tener que devolver el dinero. También es consecuencia de la gestión del dinero a base de “proyectos” sueltos en lugar de programación plurianual: en una estrategia concebida a varios años puedes realizar varios proyectos, algunos funcionarán mejor y otros peor, pero lo importante es que al final haya unos resultados.

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  6. Valiente como siempre Miguel!.. mientras no nos den el dinero podremos dedicarnos a protestar por no tenerlo.. pero ay como nos lo den y tengamos que pensar en que hacer con él..,

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  7. Hola Miguel Ángel, soy Antonio López de Andalucía, no conocía tu blog hasta que lo has compartido en el grupo de Mundo Rural.
    Me parece una genial reflexión, extrapolable en mayor o menor medida a otros territorios. Nos solemos quedar con el papel de víctimas frente a Bruselas (porque es más fácil y exige menos esfuerzo) en lugar de “arremangarse” y establecer una estrategia veraz y realista a medio y largo plazo. Eso exige la toma de decisiones, duras en muchos casos, que restan votos para una concepción miope de la realidad del medio rural. Esa misma visión del medio rural que no se da cuenta que sin planificación no sólo se pierden votos, sino también gente en nuestros pueblos.
    PS A favoritos va directo tu blog. 😉
    Un abrazo

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