La planificación estratégica es un método. Un método que ha demostrado ser muy útil, tanto para empresas privadas como para organizaciones públicas. Pero como tal método, no debe ser un fin en sí mismo, sino estar al servicio de una idea, de un proyecto, de un objetivo.
Por mi parte, he empleado a menudo el método estratégico, tanto en el análisis de ciudades y territorios, como de sectores económicos, o incluso microempresas que buscan abrirse un camino en la jungla de la competitividad.
El método estratégico incluye el uso de herramientas conocidas, como la matriz DAFO o la segmentación de actividades, y debe completarse siempre con el conocimiento del terreno y/o del sector en que nos movemos.