En materia de desarrollo local y rural, están ampliamente reconocidos dos hechos: 1) la importancia del emprendimiento femenino y del papel de la mujer en general, y 2) que las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) abren nuevas posibilidades para dicho emprendimiento o autoempleo, en forma de nuevos negocios, y nuevas formas de actividad económica. Por ello, y desde esa perspectiva de desarrollo local o rural, es muy importante verificar la relación entre mujer y economía digital, o más ampliamente, la perspectiva de género en el hecho digital.
Esta cuestión no es baladí, y de hecho numerosos estudios y análisis a escala más global (de la Unión Europea, pero también de la ONU, o del Consejo de Europa, por ejemplo), destacan varios elementos preocupantes:
- Solamente el 20 % de los 2,7 millones de trabajadores del sector de las TIC en Europa son mujeres.
- La mayoría de las trabajadoras del sector de las TIC (54 %) ocupan puestos de baja remuneración, que requieren un menor nivel de competencias, mientras que solo una reducida minoría (8%) ocupan puestos de ingeniería de software, que precisan cualificaciones elevadas.
- Las mujeres tienden a utilizar Internet menos que los hombres, son más “consumidoras” que “creadoras” en el mundo digital, y tienen, en general, menor y peor acceso a la información.
- El reducido número de mujeres y niñas que cursan estudios relacionados con las TIC y su baja participación en ese mercado de trabajo son el resultado, entre otros factores, de una interacción compleja de estereotipos de género que comienza en fases tempranas de la vida y de la educación y que continúa en la carrera profesional.
- Los factores que influyen en la participación de las mujeres y las niñas en la educación y el empleo relacionados con las TIC son numerosos y dependen de cuestiones como los estereotipos de género y la segregación en general, así como la relativa falta de modelos de referencia femeninos en el sector de las TIC y la limitada visibilidad de las mujeres en este sector, especialmente en puestos de liderazgo.
Por todo ello, se corre el riesgo de que Internet y la economía digital, en lugar de adoptar un rol emancipador, contribuya a la perpetuación e incluso la ampliación de la brecha de género. Si, además, cruzamos este riesgo con una mayor segregación socio-laboral de género en el medio rural, vemos la importancia de reforzar la perspectiva de género en toda política de fomento digital, con especial hincapié en las posibilidades abiertas por los programas de desarrollo local participativo, o los instrumentos de formación financiados por el Fondo Social Europeo.
En esta línea, el Parlamento Europeo ha elaborado una serie de recomendaciones a la Comisión y a los Estados Miembros de la UE, entre otras:
- La importancia de la alfabetización digital entre colectivos vulnerables y/o en riesgo de “exclusión digital”, señalando expresamente a las mujeres de más 55 años como colectivo-diana.
- La importancia de reforzar el aprendizaje digital desde edades muy tempranas.
- Reconoce la capacidad de las TIC para facilitar la conciliación, pero también los nuevos desafíos ligados a esta evolución, y pide a los Estados miembros que velen por que estén vigentes disposiciones adecuadas en materia de seguridad social, y aboga por un «derecho a desconectar» de los trabajadores fuera del horario laboral acordado.
Sin embargo, se echa en falta algunas recomendaciones derivadas de las propias debilidades diagnosticadas, por ejemplo:
- Dar a conocer los ejemplos de mujeres “creadoras” en el mundo digital y mejorar su papel como referente.
- Profundizar en la formación de formadores, para evitar la reproducción de recetas manidas y ser capaces de crear nuevos negocios –en lugar de “digitalizar” negocios tradicionales”.
- Reforzar el enfoque ascendente, dando voz a las mujeres del medio rural y así diseñar formación sobre competencias digitales realmente adaptada a sus necesidades, inquietudes y perspectivas.
- Potenciar el papel de los transmisores más “próximos” de innovación (escuelas universitarias, institutos de FP…) de cara al desarrollo local, en lugar de dotar a las alumnas de capacidades que solo podrán aplicar fuera de sus lugares de origen…