PDR en Aragón: la Comisión pone nota.

IMG_4276La Comisión Europea acaba de remitir su evaluación del Programa de Desarrollo Rural de Aragón (PDR 2014-2020) que establece las medidas y propuestas para la aplicación de los fondos FEADER (el “segundo pilar de la PAC”). Dicha evaluación es muy significativa, no sólo respecto a la calidad del documento presentado desde Aragón –que también-, sino sobre todo respecto a las carencias de la estrategia aragonesa de desarrollo rural, fruto de un inmovilismo y de un continuismo en las propuestas, injustificados a la luz de hechos tan evidentes como la continua despoblación y envejecimiento del medio rural, el cierre de explotaciones, etc., y a la luz de las nuevas orientaciones de la política comunitaria, en el marco de la Estrategia 2020.

En este post un poco largo, nos permitimos resumir algunas de las observaciones de la Comisión que nos parecen más llamativas (que compartimos, y que en buena medida ya adelantamos en un post precedente):

  1.  En el marco del diseño del Programa propiamente dicho, la Comisión refleja la escasa coherencia entre los diagnósticos y análisis realizados, y las medidas que después se enumeran y priorizan, que no parecen responder adecuadamente a las necesidades previamente detectadas. Igualmente, hace hincapié en que se garantice la transparencia en la contratación pública, en clara alusión al uso de empresas públicas y otros “medios propios” por parte de la Administración.
  2. En materia de agua, la Comisión llama la atención sobre el excesivo enfoque en la ampliación de la superficie regable, sin haberse atendido los requerimientos de la Directiva Marco del Agua; expresamente señala “Lo que amenaza a la región no son solo sequías en algunas de las estaciones de vegetación, sino la desertificación. En vista del cambio climático, la extensión del riego debería constituir una decisión estratégica para mitigar los efectos de este fenómeno y no agravar aún más la situación mediante la plantación de cultivos que requieran gran cantidad de agua en las zonas que no son adecuadas para ello (…).. Los problemas de escasez de agua pueden incrementarse si la gestión del riego y el ahorro de agua no se abordan adecuadamente”.
  3.  En materia de cambio climático y energía, la Comisión echa en falta más y más amplias medidas, recomendando que se amplíe este campo, incluyendo el ahorro y la eficiencia energética.
  4.  La Comisión también critica la pobre atención prestada a la red Natura 2000 (que llega al hecho de aplicar una medida entera –la 12- sólo en la laguna de Gallocanta); de manera concreta, señala “No se han identificado las oportunidades asociadas a los posibles beneficios socioeconómicos y a los servicios ecosistémicos prestados por las zonas incluidas en la red Natura 2000, y deberían tenerse en cuenta en el análisis. Esta cuestión únicamente se reconoció como una debilidad, describiéndola como «las escasas alternativas de desarrollo económico y la escasa percepción del valor del patrimonio natural», que debería ir acompañada de las oportunidades que se pretende aprovechar teniendo en cuenta la particular naturaleza de la región”.
  5.  Del mismo modo, la Comisión critica que se obvie el hecho de que el 44% de la superficie forestal aragonesa se encuentra incluida en la red Natura 2000, a la hora de implementar medidas claras y bien dotadas económicamente, de desarrollo rural ligado a la mejora de la biodiversidad. Igualmente señala su temor de que las infraestructuras en zonas Natura 2000 perjudiquen dicha biodiversidad, y pide que los organismos que trabajan en medio ambiente (por ejemplo, ONGs.) sean considerados beneficiarios de las medidas.
  6.  En materia de agricultura, la Comisión critica la confusión de conceptos como “agricultor profesional” o “joven agricultor”, así como la escasa atención prestada a la agricultura ecológica –señalando expresamente que su superficie se ha reducido en Aragón en los últimos años-, o el hecho de dar por buena la concentración parcelaria per se: “La sección dedicada a las debilidades sólo dice que la superficie media de una explotación es de 50 ha, una afirmación que debería sustentarse mejor y explicar para qué tipo de mercado se considera que una superficie media de 50 ha por explotación es una debilidad. Es necesario justificar la necesidad de llevar a cabo un proceso de concentración parcelaria. Ni la descripción de las características generales ni el análisis DAFO definen el concepto de propiedad fragmentada en la región”.
  7.  La Comisión señala también el olvido o escaso tratamiento que otros campos de importancia en FEADER (como el apoyo a la innovación o la lucha por la inclusión social) tienen en el PDR aragonés.
  8. Respecto a LEADER, la Comisión advierte que la gestión del programa no debe socavar el enfoque ascendente de LEADERni la responsabilidad que tienen los GAL en el diseño y ejecución de su estrategia de desarrollo local participativo”, en clara alusión a las tentaciones intervencionistas del Gobierno regional.

El documento completo con las observaciones de la Comisión (50 pág.), puede consultarse aquí.  En definitiva, muchas cosas que corregir y mucho trabajo por hacer, en un momento en que se hace urgente la puesta en marcha de este PDR, ante los acuciantes problemas del medio rural aragonés. Esperemos que las observaciones de la Comisión sirvan para mejorar el Programa, y hacerlo más acorde con las necesidades y oportunidades existentes.

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