El día 22 tuve ocasión de asistir a una jornada técnica bajo el título “Europa 2014-2020: oportunidades de financiación local”, organizada por el Centro de Información “Europe Direct” del Ayuntamiento de Lleida, en el marco de la feria “Municipalia” que se celebra estos días en la ciudad del Segre. Vaya por delante mi felicitación al “Europe Direct” de Lleida por la iniciativa de celebrar estas jornadas y por el nivel de los ponentes.
La jornada fue abierta por Mark Jeffery, funcionario de la Comisión Europea en Barcelona, y cerrada por los alcaldes de Guissona (Xavier Casoliva) y de Tortosa (Ferrán Bel), junto con la Concejala de Promoción Económica de Lleida. Entre ambas ponencias, habló el Director General de Administración Local de la Generalitat, Jordi Souto. Es decir, la jornada se organizó desde el nivel más “lejano” (Bruselas) al más “próximo” (los Ayuntamientos), lo que contribuyó a ir situando adecuadamente los contenidos.
Algunas ideas con las que me quedo, y reflexiones que me hago:
- El momento de incertidumbre en que estamos, con toda la propuesta del marco financiero 2014-2020 ya diseñada, pero todavía pendiente de los últimos maratones de negociación entre Estados, para cerrar el Marco antes de final de 2013 y lanzar los programas en la primavera de 2014 a más tardar.
- En un contexto de reducción del protagonismo municipal con la nueva Ley de Administración local, y cuando se habla mucho de competencias impropias de los Ayuntamientos, es significativo que desde la UE van a aumentar los fondos destinados a actividades y programas que no forman parte de las competencias “propias” (investigación, competitividad, pymes…) y en cambio se reducen los que se asocian más dichas competencias “propias” (cohesión territorial y social, medio ambiente, desarrollo rural…). Ello puede entenderse como una dificultad añadida para las Administraciones locales…o como una oportunidad para la innovación, la creatividad, y la transversalidad.
- El elevado “nivel de error”, si entendemos como tal los casos en los que el dinero asignado a través de los Fondos europeos no ha cumplido su función, ha tenido que ser devuelto o ha sido destinado a otros fines…la Comisión fija en un 2% el objetivo máximo del “margen de error”. Sólo en Cataluña (y sirva como ejemplo…), se habla del 27%, cifra que, aunque pueda y deba ser matizada por diferentes interpretaciones, se sitúa muy lejos del objetivo de eficiencia al que debería aspirarse, y que nos habla de un enorme margen de mejora para la Administración en general y los Ayuntamientos en particular.
- Las quejas de los Ayuntamientos en relación con los fondos europeos se centran en tres aspectos: la complejidad de los procedimientos, la tardanza de pagos, y la poca claridad en los criterios de justificación y auditoría…Por mi experiencia personal, no son quejas sustancialmente distintas de las que puedan surgir del trabajo con otras Administraciones, y en algunos casos la queja responde más a una profunda diferencia en el “modus operandi” de las Administraciones, incluso a nivel cultural, ya que un procedimiento de control riguroso no responde, ni más ni menos, que a la exigencia de un exquisito control sobre el dinero público, exigencia que debe estar documentada y con la que los responsables públicos deberían estar encantados de convivir.
- Los Fondos europeos se canalizan, por un lado, a través de los Estados miembros y las Comunidades Autónomas (en el caso de España), mediante los Programas Operativos correspondientes; y por otro lado, los 72 programas de todo tipo gestionados directamente desde Bruselas. Llama la atención que los Ayuntamientos parecen considerar que está “todo el pescado vendido” y cuentan con muy poco margen para cambiar el destino o prioridades de los fondos articulados a través de mecanismos “nacionales” y, paradójicamente, parecen encontrar en los programas de Bruselas una vía de financiación con más opciones para hacer frente a algunas de sus inquietudes y necesidades, aunque para ello deberán cooperar (redes, trabajo en común) y contar con un asesoramiento permanente.