Dada la importancia que se ha brindado al reto energético desde todas las instancias de la UE, tanto por cuestiones estratégicas como ambientales, el ámbito “Energía segura y eficiente” es uno de los más dotados presupuestariamente en el mega-programa HORIZON 2020. Y estos días se ha publicado el borrador de las convocatorias que versarán sobre este tema.
Es algo curioso, esto de los borradores: se supone que son públicos, pero en la práctica, muchos de ellos no aparecen -o no son fácilmente localizables- en la web de la Comisión; en cambio, se puede acceder a ellos a través de webs de organismos de otro tipo (Universidades, por ejemplo). En fin, una evidente falta de transparencia, y la permanente sensación de que hay quien juega con ventaja en este tipo de programas y convocatorias.
En todo caso, y volviendo al tema que nos ocupa, el borrador del subprograma “Energía segura y eficiente” contiene nada menos que 50 acciones o temas que podríamos denominar “centrales”, y casi otras tantas bajo el epígrafe “Otras acciones”, distribuidas en los siguientes grandes apartados:
Energía eficiente:
a) Edificios y consumidores.
b) Calefacción y climatización.
c) Industria y productos.
d) Financiación para una energía sostenible.
Una energía competitiva baja en carbono:
a) Electricidad y climatización renovables.
b) Modernizar la red eléctrica europea.
c) Dotar de flexibilidad al sistema eléctrico a través de mejores medios de almacenamiento.
d) Combustibles sostenibles y alternativos para el transporte.
e) Facilitar la descarbonización de los combustibles fósiles en la transición hacia una economía baja en carbono.
f) Desarrollo de la investigación europea en el campo de la energía.
e) Aspectos sociales, ambientales y económicos del sistema energético.
Ciudades y comunidades inteligentes:
a) Estimular la demanda de las soluciones “smart cities”.
Además de abundantes acciones transversales y de acompañamiento. Una primera impresión nos habla, por una parte, de retos apasionantes; también, de un sesgo tecnológico que sin duda evita afrontar los desafíos políticos y sociales que están detrás de la demanda energética…otros componentes (por ejemplo, las famosas “smart cities”) me recuerdan más a un trabajo de lobby por parte de las grandes empresas desarrolladoras de este tipo de soluciones (y aquí no puedo dejar de recomendar el magnífico post sobre este tema, escrito por José Fariña, catedrático de Urbanismo de la Escuela de Arquitectura de Madrid). Pero en su conjunto, hay también oportunidades de empleo, de desarrollos, de investigación…Un análisis más sosegado nos permitirá señalar dónde pueden, en nuestra opinión, estar las mayores posibilidades y oportunidades para Aragón y para su medio rural.