Eso parece desprenderse del último Eurobarómetro sobre el tema, publicado en noviembre pasado. Algunos datos para la reflexión (o para la preocupación…):
- En 2012 sólo participaron en actos culturales (exposiciones, conciertos, cine…) el 38% de los europeos.
- El número de personas que participan a menudo o muy a menudo en este tipo de actos ha bajado del 21 al 18%.
- El número de europeos que nunca o casi nunca acude a actos culturales ha subido de un 30% a un 34% (en algunos países, esta subida ha sido de más de un 10%).
- Los principales motivos esgrimidos para no participar en actividades culturales son: falta de tiempo (44%), falta de interés (¡¡50%!!), falta de recursos (25%) o falta de oferta (10%).
- La forma más común de participación cultural sigue siendo ver la televisión (72%)
- Refiriéndose al conjunto de las actividades culturales, los países nórdicos con los que tienen una mayor participación (Suecia, 43%). Y al otro extremo, Grecia (5%), Portugal y Chipre.
Ante estos datos, ¿qué cabe plantearse? Muchas cosas, sin duda, pero cabe preguntarse sobre los impuestos asociados a las actividades culturales, sobre el papel de las subvenciones y del sector público para garantizar el acceso a unos servicios demasiado marcados por la renta disponible, sobre la profundización en una brecha cultural norte-sur, sobre la necesidad de encontrar temas y campos de interés para la población, o sobre la necesidad de reordenar los horarios laborales y familiares para encontrar ese tiempo tan necesario.