Bancos y disparidades regionales (1)

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La política de cohesión de la UE está basada fundamentalmente en la financiación de infraestructuras (FEDER) y de las capacidades técnicas y profesionales (FSE), como forma de dotar a las regiones menos favorecidas con las “herramientas” para conseguir un cierto grado de desarrollo. En la misma línea se basa la política europea de desarrollo rural (a través del FEADER), con un enfoque más específico.  Como ya hemos visto en posts anteriores, y señalan numerosos estudios, el resultado de esta política es una reducción global de las diferencias entre Estados, pero una persistencia e incluso aumento de las diferencias entre regiones, también dentro de los Estados; es decir, el “desarrollo” tiende a concentrarse en las regiones más avanzadas de los Estados.  Esto nos invita a analizar otros factores del desarrollo regional no tenidos en cuenta hasta ahora por las políticas de cohesión, y que juegan con papel en las disparidades mencionadas.  Uno de estos factores es la banca.

Llama la atención la siguiente paradoja: por un lado, seguimos inmersos en una interminable crisis económica de origen básicamente bancario y financiero; al mismo tiempo estamos planteando nuevos enfoques de la política de cohesión en un futuro. Y sin embargo, no se habla sobre el papel que el modus operandi habitual de la banca comercial juega en la persistencia e incluso el aumento de las disparidades regionales.  Merece la pena detenerse un poco sobre esta cuestión, y explorar posibilidades alternativas.

Con datos del Banco de España, un primer dato llama la atención: la muy desigual relación entre créditos concedidos (activo) y depósitos captados (pasivo) entre las provincias españolas (nivel NUTS3). De este modo, vemos que mientras provincias desarrolladas como Barcelona o Zaragoza se concedió bastante más dinero en préstamos, que el volumen de depósitos captado en esas provincias; en el caso de Barcelona, por cada euro depositado, se prestaron 1,47: un 47% más; en Zaragoza, un 13%.

credito-y-pasivo

En el caso de provincias despobladas, la relación es justo la contraria: los créditos concedidos apenas son algo más de la mitad de los depósitos. En Soria, por cada euro captado en depósitos, la banca comercial sólo prestó 0,59 euros.   Dicho de manera resumida: la banca comercial capta ahorro en el medio rural, en las provincias despobladas y envejecidas, para invertirlo en aquellos lugares más poblados y en las economías más dinámicas.  Es evidente el drenaje de recursos que esto supone, y la contribución que puede tener a profundizar los desequilibrios regionales.

El motivo principal de este modus operandi es la búsqueda de rentabilidad: en una economía de mercado, la banca actúa intentando maximizar el diferencial entre el interés con que remunera los préstamos y el interés al que presta el dinero, y dicho diferencial se maximiza de acuerdo con la rentabilidad de las inversiones. Y la rentabilidad es mayor donde mayor es el mercado y mayores las expectativas.  Nada nuevo.  Ante esto, ¿qué posibilidades hay para, al menos, corregir el modelo? Ponemos las siguientes encima de la mesa, que trataremos más detenidamente en un segundo post.

  • Banca pública, sociedades públicas.
  • Banca ética.
  • Circuitos de moneda local.

3 thoughts on “Bancos y disparidades regionales (1)

  1. El problema que tienen esas estadísticas es que enmascaran buena parte de la realidad, quiero decir que habría que saber por ejemplo de esos 1,13 euros prestados en la provincia de Zaragoza cuántos se han destinado a la capital, porque estoy seguro que en el territorio provincial las cifras serán semejantes a la de otros territorios despoblados como Soria, Teruel o Cuenca.
    Saludos

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    • Buena observación, Luis. Lamentablemente, no disponemos de datos a un nivel de desagregación más bajo. Aunque el caso de Zaragoza, como sabes, es muy concreto. En otros casos (Barcelona, Madrid, Valencia…) el destino final estará mucho más diversificado (aunque, evidentemente, no llega lo mismo a Barcelona capital que al Berguedà, por ejemplo). Un abrazo.

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